Consulta - Calle Roger de Llúria, 77, 1º 2ª · 08009 Barcelona · Tel. 93 272 58 32

Ana Minieri Psicóloga clínica y psicoterapeuta en Barcelona

”Más de treinta años de experiencia en asistencia y tratamientos psicológicos en Barcelona.”

Blog

Se presentaron ante el rey Salomón, famoso por su profunda sabiduría, dos mujeres con sus respectivos bebés. La una, renegaba de su hijo muerto y clamaba justicia para que se la reconociera como madre del bebé vivo. La otra, se presentaba como madre legítima del niño vivo.  Ante tal disputa, el rey solicitó una espada para partir en dos al bebé vivo y que cada mujer se llevara la mitad. La madre auténtica suplicó que no mataran al niño, dispuesta a renunciar a su custodia ofreciéndosela a la otra mujer. Era preferible que su hijo viviera con otra mujer, a que muriera por el desacuerdo entre ambas. Así fue cómo el rey Salomón puso en evidencia quién era la madre del bebé vivo, y resolvió el dilema.

judge hand with gavelActualmente, con la posibilidad de acordar la custodia compartida, del hijo en común, por la separación de los padres cuando éste todavía es un bebé o un niño muy pequeño, los progenitores pueden correr el riesgo de fragmentar y dividir afectivamente al niño, lo que puede tener consecuencias negativas en su desarrollo posterior.

Desde el inicio de la vida, el bebé muestra una tendencia natural a vincularse con la persona cuidadora, que acostumbra a ser la madre. No solo por sus necesidades fisiológicas sino también por las necesidades de seguridad y protección que el contacto con la madre le puede proporcionar. En estos primeros momentos de vida, los sentimientos adquieren una gran significación, podríamos decir que el lenguaje emocional entre la madre y el bebé es el que mejor entiende éste último. El papel del padre es muy importante en este período puesto que es el encargado de custodiar la relación madre-hijo: el padre aporta la confianza y el apoyo que la madre necesita sentir ante la fragilidad del bebé, desde su posición de padre puede ofrecer una nueva perspectiva de lo que está sucediendo entre la madre y el bebé, el padre tiende sus brazos al bebé y a la vez que le contiene también permite que la madre descanse. Podríamos afirmar que en esta situación los tres miembros forman un buen equipo, los tres se encargan de hacer evolucionar el nuevo grupo familiar: el bebé se deja cuidar para poder crecer, la madre adapta el mundo externo a las capacidades del bebé como si creara un útero externo, y el padre se encarga del sostén y mantenimiento de estas condiciones de vida para que sean óptimas.

Ballet 3El bebé aprende rápidamente a leer los estados emocionales de la madre observando su cara, primero creerá que la cara de la madre refleja su estado de ánimo, posteriormente entenderá que ella también tiene estados emocionales y aprenderá a interpretarlos. Este contacto visual constituye un material sensible, madre y bebé se encuentran y comparten un espacio de intimidad. Así se va desarrollando el vínculo de apego, en la continuidad de la relación y la dependencia mutua y asimétrica que se establece entre los dos miembros de la relación. Alrededor de los siete meses, si todo ha ido bien, la madre queda establecida como la figura de apego, el niño ya se vincula de un modo diferenciado, sabe lo que le es familiar de aquello que no. La figura del padre, de estar asimilada a la de la madre, va adquiriendo mayor significación y diferenciación en la vida del niño. Cuanto más consolidado esté el vínculo de apego, mejor podrá separarse el niño del contexto familiar. Ya podrá hablarse de ansiedades de separación, y gradualmente, el mundo relacional del niño se irá ampliando con un sentimiento de confianza.

La  custodia compartida es una decisión, acordada o no, consecuencia de la separación de la pareja de padres, que cuando se produce a la edad temprana del hijo, podemos deducir que el proceso de estructuración y evolución familiar anteriormente descrito, ha quedado interferido por alguna razón. El asunto clave sería cómo compatibilizar la separación de los padres preservando la buena crianza del bebé. A mi entender, la respuesta no es la custodia compartida en la edad temprana del hijo porque supone una amenaza al proceso de integración  emocional del niño, ya que implica forzarle a sentir la diferenciación y la separación precozmente, cuando aún no tiene madurez suficiente para tolerarlo. Evidentemente, influirán factores como la actitud de los padres, si conciben al niño más como un objeto cosificado o más como una auténtica subjetividad, si  someten al niño a cambios de entorno físico o si éste se mantiene constante, así como la periodicidad más o menos intensa en la alternancia de los cuidadores madre-padre.

Ana Minieri
Ana Minieri | Psicóloga clínica y psicoterapeuta en Barcelona

Si sientes la necesidad de hablar con un profesional especializado, puedes ponerte en contacto al teléfono siguiente 93.272.58.32, o bien, por mail anaminieripalau@hotmail.com. Realizo consultas a horas convenidas en Barcelona. Más información