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Ana Minieri Psicóloga clínica y psicoterapeuta en Barcelona

”Más de treinta años de experiencia en asistencia y tratamientos psicológicos en Barcelona.”

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La indicación de psicoterapia con pacientes niños conlleva que se tenga en cuenta, además de la problemática que refieren los padres y detectamos los profesionales en el proceso diagnóstico, la edad y desarrollo del niño, así como el proceso relacional que va a desplegarse a lo largo del tiempo que dure el tratamiento y qué tipo de comunicación va a establecerse con el niño. Evidentemente, lo ideal sería que los niños pudieran comunicarse por medio del lenguaje verbal, pero la realidad nos enseña que, a menudo, los niños tienen dificultades y reticencias a hacerlo. Precisamente, esta situación es la que justifica que se utilice una caja de juego y material para escribir o dibujar y se conviertan en un instrumento mediador y vía alternativa y simbólica – ésta no siempre- de comunicación en el espacio terapéutico.

La psicoterapia con niños incluye un material para que éstos lo utilicen de una forma muy libre y según su criterio. Papel, lápices, y una caja de juego montada de una manera muy específica para cada paciente, es preferible utilizar elementos de juego neutros para favorecer la proyección del estado mental y no tanto juegos reglados. La terapeuta habrá de ir observando y construyendo hipótesis explicativas sobre lo que el niño comunica, desde su inconsciente, para traducirlo al lenguaje verbal y decírselo, explicárselo. La observación de lo que va sucediendo en la sesión, de si el niño utiliza y, cómo lo hace, los elementos de la caja de juego, si estructura un escenario de juego, si incluye a la terapeuta y le otorga algún rol, si va acompañando las acciones de juego con expresiones verbales, y el análisis de qué tipo de contratransferencia estimula en la terapeuta el contacto con el niño, facilita la  construcción de reflexiones y pensamientos que ayudan a comprender la situación emocional y relacional del niño.

La posibilidad de estructurar un escenario de juego alivia al niño de tener que encarar y soportar el cuerpo a cuerpo con el terapeuta. Usualmente, los pacientes tenderán a ejercer una presión inconsciente para transformar al terapeuta en un compañero de juego, y/ o, en otros casos, le excluirán del escenario de juego como si no estuviese allí. Y entre ambas posibilidades suele abrirse un amplio espectro de actitudes ante las que el terapeuta tendrá que ir resolviendo cómo situarse y, para poder hacerlo en las mejores condiciones, habrá de utilizar su capacidad de pensar y comprender. Se le presenta la difícil cuestión de participar en el juego, que representa aceptar y entender el lenguaje del paciente, y a la vez no olvidar ejercer su función de terapeuta; acercarse y aceptar el rol que el niño le quiere adjudicar y a la vez alejarse para observar la escena desde otra posición que permita entender lo que está pasando. Así se intenta que ninguno de los dos integrantes de la psicoterapia pierda el sentido de la realidad que los ha llevado a “trabajar” juntos (El papel del juego en la vida de las personas).

Por todo lo escrito anteriormente, quiero recalcar que no es necesario que el niño hable para poder hacer un trabajo psicológico con él. Precisamente, la dificultad del trabajo con niños es identificar cuál es su nivel de simbolización para situarnos mentalmente a ese nivel e ir entendiendo lo que van expresando (identificación regresiva). Su nivel de simbolización (El papel de la simbolización en la vida mental: De la esclavitud del deseo a la liberación por el símbolo) está ligado al momento evolutivo que atraviesan, y también viene determinado por la intensidad del conflicto que están viviendo en el momento de hacer la terapia psicológica. Recordemos que, cuanto mas angustiado, asustado, inquieto esté el niño, mayor repercusión puede tener en la merma de su capacidad de simbolización; Y al revés, cuanta más tranquilidad, confianza y bienestar emocional del niño, más aumenta su espacio mental para representarse el mundo, entenderlo, no confundirse. En definitiva, más preparados para aprender (El papel de la escuela en la vida del niño y su familia).  

Ana Minieri
Ana Minieri | Psicóloga clínica y psicoterapeuta en Barcelona

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